miércoles, 30 de abril de 2014

¡Qué lleguen las faldas de primavera!

¡Tardó... pero al fin llegó!






Soñé que hacías footin’, o lo que fuera,
y se me puso la piel de gallina
dudando de si era amor o follera.
Aunque, sabiendo la que se avecina,

con tanto pantalón de cremallera,
bufandas y el look de la vecina
(si, empiezo a fijarme en la pescadera…);
hará falta compañía femenina.

El Salvador sufre ahora sordera,
cuando le pido, a su gracia divina,
¡qué lleguen las faldas de primavera!

Si no tercia, que me mande una mina
O bien, si no es mucho pedir, quisiera:
¡despertarme mañana en Argentina!



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