miércoles, 11 de febrero de 2015

Al viejo pescador (I),






Y ahí lo veo en otro atardecer, audaz, feliz, paciente…
Compartiendo su amor al mar con tanta gente.

Viendo el Sol que poco a poco se acuesta,
y nacen las estrellas, de una gran orquesta.

Me mostró el arte pesquero de antaño,
aquel que respeta, día tras día, año tras año.

Cuidando del mar, sus humildes frutos recogiendo.
Y yo, sus señas y consejos fui siguiendo…

Y no vuelve nunca a casa en vano,
como aquel gran barco lejano.

Aquel barco que mutila el fondo,
que lo daña en lo más hondo…

Y tus nietos orgullosos, del abuelo pescador:
El mayor placer para un hombre mayor.

Satisfecho de tu gran cebo: la ilusión.
Algo que no sólo llena el estómago…

¡También el corazón…!


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