miércoles, 30 de abril de 2014

¡Qué lleguen las faldas de primavera!

¡Tardó... pero al fin llegó!






Soñé que hacías footin’, o lo que fuera,
y se me puso la piel de gallina
dudando de si era amor o follera.
Aunque, sabiendo la que se avecina,

con tanto pantalón de cremallera,
bufandas y el look de la vecina
(si, empiezo a fijarme en la pescadera…);
hará falta compañía femenina.

El Salvador sufre ahora sordera,
cuando le pido, a su gracia divina,
¡qué lleguen las faldas de primavera!

Si no tercia, que me mande una mina
O bien, si no es mucho pedir, quisiera:
¡despertarme mañana en Argentina!



sábado, 19 de abril de 2014

Carta de una vida cubana,





O epitafio de una vida abandonada,

De niño...

Los veo hablando, con la sangre tibia,
de hoteles, Petrobras, playa y mojito.
Pero yo, señor mío, voy justito,
y el Líder de lo Común no me alivia

ni el silencio ni el llanto ni la rabia
por la partida de mi papaíto,
en busca de un futuro más bonito
que diseñó una -mala- mente sabia.

Pero al decirlo he de bajar el tono
¡por si se halla ojo avizor nuestro alcaide!
Y, aunque no tenga corona ni trono,

estas míseras palabras nos pide:
- Sea bienvenido a Cuba, patrono,
¡ah! y de la limosna no se olvide.


De joven...

Subiendo a lo alto de nuestra Gran Piedra
observo a la Bella Habana, en su Fuente,
triste y llorosa, al no ver más el puente
donde la paz amaba a la palabra.

La misma senda ahora nos separa.
Presa y atrapada quedó mi mente.
Mi padre escapó, como un delincuente,
suplicando que yo le perdonara.

Que él regrese a nuestro hogar es mi sueño
pero a Cuba no vendrá, por su dueño.
Yo sigo con mi quehacer primero,

así que voy a vuestro Varadero,
a pediros, en la mano el sombrero,
la ayuda que no me dio de pequeño.


De anciano...

Viendo ya mi corazón envejecido
y aún siendo casi como un mal indigente,
es fácil soñar con tan poco vivido
y aceptar la cruel vida de un inocente.

Con la certeza de todo lo perdido,
por la falta de una mente consecuente.
Y tristeza por lo que pudo haber sido,
Si no hubiera muerte para tanta gente.

Nací pobre, nunca fui un rico hacendado
y por eso no comprendí la verdad
¡de tanto turista y tanto desterrado!
¡de tanta injusticia y tan poca piedad!

Ahora descanso en mi casa, acostado.
Pienso en mi vida implorando caridad.
Por las calles, en mi tristeza, humillado.
No era una moneda. Era la libertad...

lunes, 14 de abril de 2014

Tengo... (I)



Tengo nuestras promesas escondidas,
y una madrugada que no termina.
Tengo mi sueño roto con espinas
y otro te añoro sin billete de ida.

Tengo deseo, olvidos, despedidas
y más de cien mentiras de Sabina.
Tengo un sinfín de huidas en cada esquina
y un adiós que me perdonó la vida.


Tengo once sílabas para un te quiero
y hojas en blanco y palabras desechas
y un ayer y un mañana en el tintero.

Tengo un presente lleno de sospechas
y un futuro apenado y embustero
y la conciencia cansada y maltrecha. 


sábado, 12 de abril de 2014

Carta de una vida cubana (I),




De niño...

Los veo hablando, con la sangre tibia,
de hoteles, Petrobras, playa y mojito.
Pero yo, señor mío, voy justito,
y el Líder de lo Común no me alivia

ni el silencio ni el llanto ni la rabia
por la partida de mi papaíto,
en busca de un futuro más bonito
que diseñó una -mala- mente sabia.

Pero al decirlo he de bajar el tono
¡por si se halla ojo avizor nuestro alcaide!
Y, aunque no tenga corona ni trono,

estas míseras palabras nos pide:
- Sea bienvenido a Cuba, patrono,
¡ah! y de la limosna no se olvide.

martes, 8 de abril de 2014

Décimas para el olvido (I y II)






I)

En mi te pienso de día
entre tu risa y mi llanto
crece en mi paz mi quebranto
y duerme en mí tu alegría.
Aunque nunca y todavía
a falta de tu perdón
le suplico a mi razón:
silencia tu latir o
ahoga mi sentir o
senténciame el corazón.

II)

En mi nocturno te añoro
una luna vieja añil
funde mi nuevo candil.
Y las estrellas en coro
me humillan si no valoro
la luce della Polare
e um espelho di tuo mare.
Pero no olvido esos besos,
sentencias de amor y versos
di una vita da sognare…


martes, 1 de abril de 2014

Entre dos orillas,


Febrero de 2010.







Observas, gacho, desde el amplio Estrecho,
suplicando tu futuro a la mente
que contempla, sin el alma latente,
la lágrima que abrazará tu lecho.

Tu futuro terminará maltrecho,
tu vida no vale, queda patente,
y quedas como fantoche de gente
que carece de latir en su pecho.

Ellos son de tus deseos los dueños
y qué más da si mueres, de cuclillas,
abrazado a tus hermanos sureños,

de camino de nuestras maravillas,
consumiéndose –sin todo- tus sueños,
exhausto –con nada- entre dos orillas.